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Cierra los ojos e imagina abrir un libro que te traslada a un mundo paralelo donde la naturaleza continua más allá de donde alcanzan tus ojos y donde la gente es amable y agradecida.

Te despiertas con una nueva familia y tus cuatro hermanas temporales irlandesas, tus compañeras italiana y francesa y, por supuesto, el perro. ¡Desayunemos! Good morning Emma! Aquí tienes tu pack para la hora de comer, ¡Venga, que llega el autobús!

Subimos al bus y es la hora de encontrarte con tus amigos de otros países, hablar y escuchar música mientras llegas a la escuela. Pero un momento… ¿A qué creéis que me refiero con escuela?

No penséis que se trata de una escuela al uso, en ella recibimos clases creativas, vivas y motivadoras, imaginamos máquinas imposibles o caminamos a ciegas por el instituto con la única ayuda de las voces de nuestros compañeros.

Los profesores te escuchan y te dan muy buenos consejos, pues saben que no están allí sólo para examinarte, te enseñan a abrir los ojos ante el mundo que nos rodea, lo mucho que vale la pena vivir, y que los esfuerzos tienen como recompensa llegar a tus metas.

Continuemos el día… Es hora de comer y prepararse para una nueva aventura, las actividades de la tarde, donde montarás a caballo, harás vela o visitarás la fábrica de chocolates…

Esto se está alargando un poco y no quiero perder vuestra atención, así que en resumen, no intento convencerte para que vengas, solamente digo que si no vienes: no conocerás a esa gente tan diversa, no bailarás en la disco con italian@s, francés@s o incluso rus@s, y nunca conocerás su forma de pronunciar el inglés, no descubrirás nuestro festival de música y nunca sabrás lo que te estás perdiendo.

¡Gracias Cahersiveen por hacerme más «yo»!